dilluns, 1 d’octubre del 2012

Manifiesto Unionista



Como catalanes que por diferentes razones vivimos fuera de Cataluña, queremos defender nuestro derecho a no ser extranjeros en el país del que formamos parte. Nuestro derecho a no ver incrementados nuestros problemas por obsoletas fronteras legales, comerciales, identitarias o culturales…

Este no es un manifiesto patriótico, no lo es pero reivindicamos la unidad política del Estado Español como aglutinante de una realidad económica, social y emocional a cuyo servicio está el Estado, y no al revés. 

Tan respetables como los sentimientos son los intereses individuales. Y creemos que los intereses de los catalanes son necesariamente compatibles con los de los españoles. Y lo creemos así porque los estados no se edifican sobre la nada, sino sobre la suma de generaciones y generaciones de intereses individuales que configuran familias, mercados, usos, maneras de ser, para finalmente fraguar en un bien común.

España, como Europa, es un interés recíproco. Con sus imperfecciones y posibilidades de mejora. Con sus limitaciones y potencialidades. Exigimos que antes que poner en riesgo la realidad política que nos ha permitido alcanzar unas envidiables cuotas de libertad, progreso y desarrollo, los partidos postulantes de la secesión se dejen de agitar calles, emociones y banderas y hablen claro. Que expongan las ventajas y los inconvenientes. Cuál es el encaje de sus proyectos en los intereses de los ciudadanos. Cómo nos afectará a los derechos cívicos y sociales, a la economía, a la sanidad, a la educación… El resto son palabras. 

Pedimos que no se nos deje de lado en el diseño de nuevos marcos legales para Cataluña y España. Cuando nos instalamos fuera de Cataluña nadie nos dijo que tal vez deberíamos volver como extranjeros y trabajar con un NIE. Al contrario, crecimos y vivimos en el convencimiento de heredar de nuestros padres un espacio laboral, jurídico y de convivencia que nos permitía ubicarnos en cualquier punto de España con plenitud de derechos, tal como generaciones de trabajadores hicieron antes. Cataluña en esto ha sido ejemplar.

Guste o disguste, conviene advertir que en los tiempos modernos la soberanía no se basa en la mera la voluntad de ser, sino en el reconocimiento internacional a través del pacto. En el mismo momento en que una parte se arroga unilateralmente el derecho a trazar fronteras, la comunidad internacional debe intervenir para clarificar en qué condiciones y quién puede sí realmente es que puede ejercer ese derecho.

Nosotros los unionistas apostamos por esta vía. En definitiva, exigimos saber qué ventajas reales y concretas se derivan del secesionismo. Exigimos ser parte activa en el diseño de cualquier futuro marco soberano tanto para Cataluña como para España y Europa. Instamos a que España defienda los legítimos intereses de los españoles en la preservación de una unidad legal, económica y social que nos ha sido legada por nuestros padres. Como ciudadanos europeos, apelamos a Europa a evitar taxativamente cualquier unilateralidad en ese proceso.

Apelamos a nuestros compatriotas catalanes a ser valientes, prudentes y sabios para rehuir la tentación de cargar nuestros problemas en ningún chivo expiatorio.