dimarts, 9 d’octubre del 2012

Quién paga qué


Existe un independentismo ideológico y existe un independentismo social. El primero es poco relevante electoralmente, el segundo es el que realmente importa y el que puede efectivamente movilizar al electorado catalán hacia la independencia.

El independentismo social descansa en la convicción de amplios estratos de la sociedad catalana según los cuales España es una suerte de organismo parasitario, que no contento con financiar servicios y chiringuitos en muchas regiones, encima se niega a invertir en Cataluña.

¿De dónde sale esta manera de pensar?

Es totalmente cierto que históricamente España se divide en regiones ricas (o menos pobres) y regiones pobres a secas. Por este orden, País Vasco, Navarra, Madrid, La Rioja, Cataluña, Aragón, Baleares y Castilla y León generan un PIB per capita superior a la media (23). Asturias, Galicia, Valencia, Canarias, Murcia, Castilla-La Mancha, Andalucia y Extremadura, por debajo. Tenemos que 22 millones de habitantes están aportando al conjunto por encima de la media y que 25 están aportando menos. Este más y menos no es homogéneo; un extemeño aporta de media 15 puntos menos que un vasco y 10 menos que un Catalán. Un castellano de Burgos prácticamente ni pierde ni gana.

Apor. PIB PIB Población       PIB pc
País Vasco 4,63 66 2,1 31,4
Navarra 1,36 18 0,6 30,0
Madrid 13,75 189 6,4 29,5
Cataluña 15,98 200 7,5 26,7
Rioja 0,68 8 0,3 26,7
Aragón 2,85 34 1,3 26,2
Baleares 2,36 26 1,1 23,6
Castilla y León 5,42 57 2,5 22,8
Cantabria 1,26 13 0,6 21,7
Galicia 5,92 57 2,7 21,1
Asturias 2,35 23 1,1 20,9
Valencia 10,84 102 5,1 20,0
Murcia 3,12 28 1,4 20,0
Canarias 4,51 41 2,1 19,5
Castilla Mancha 4,48 37 2,1 17,6
Andalucia 17,85 145 8,4 17,3
Extremadura 2,35 17 1,1 16,1
Ceuta 0,17
Melilla 0,17

*Fuente Wikipedia

Ahora bien, los catalanes consideran que ellos son los principales paganos de esta cuestión. En realidad, los catalanes son solo una tercera parte de los paganos. Es decir, de cada 3 euros que una distribución matemática aportaría a territorios deficitarios en cuanto al PIB, 2 proceden de fuera de Cataluña. De hecho, la aportación es cuantitativamente muy superior por parte de Vascos, navarros y madrileños; de hecho, la aportación media que realiza un catalán es similar a la de un aragonés o un riojano. Pero un aragonés o un riojano no va por Castilla La Mancha con el soniquete de que “estas autopistas las han pagado los riojanos”. Eso no lo hacen ni los vascos, que en rigor son los mejores aportantes al PIB. De hecho, en general, las infraestructuras en comunidades deficitarias las ha pagado Europa en más de un 50%, no pocas veces han sido los propios andaluces y castellanos los que directamente han aportado el resto (beneficiándose, eso sí, de un flujo fiscal que les beneficia, como beneficia a las comunidades ricas el flujo comercial).


Sostengo que esta estructura económica española no es muy diferente a la imperante en todo el arco mediterráneo, donde la industrialización se concentró a golpe de monopolio protegido ferréamente por el Estado central en aquellas zona donde la estructura agraria no se basaba en latifundios. Sostengo que la curiosa y falaz manera de pensar de los catalanes conforme a la cual “ellos lo pagan todo en casi todos los sitios” descansa en tópicos sin otro fundamento que un sentimiento de “superioridad” venido a menos. Pues lo cierto del caso es que, antes de la entrada en el mercado común, País Vasco y Cataluña encabezaban de largo los rankings, pero con la apertura de fronteras deparada por la UE se constata un desplazamiento del peso económico hacia el centro-norte peninsular. En otras palabras, ha sido Europa la que, una vez caído el sistema arancelario que preservaba la hegemonía periférica peninsular, ha ido apostando de modo creciente por el centro, implantando en Madrid y el corredor del Nordeste sus principales tentáculos empresariales. Las razones son inequívocas, las multinacionales europeas, al igual que las catalanas, buscan la totalidad del mercado, no solo un parte, de donde el centro les ofrece una mayor capacidad de acción respecto a ese mercado y un mejor precio por una simple cuestión de menor saturación.

¿Ha perjudicado eso a Cataluña? De ningún modo. El enriquecimiento del centro tiene su contrapartida en el incremento del flujo comercial con Cataluña, que sigue siendo abrumadoramente positivo respecto al mercado central. Pero los catalanes no lo ven así. Simplemente ven que su pasada hegemonía en la península ya no es tal.  Que han sido desplazados de la cima económica y culpan de eso al Estado central.

Pongamos una analogía, el heredero de un mayorazgo es el rico de la familia. En los últimos años, sin embargo, los segundones han espabilado y salido del grupo de los pobres. Eso no ha perjudicado al heredero, en la medida que el heredero es suministrador de los segundones. Pero el heredero tiene celos. Su burguesía, sus oligarquías ya no señorean los palcos del Liceo, tienen que compartirlos con los antiguos primos venidos a más. Llega un punto en que el heredero les dice a sus primos ricos, “no quiero seguir compartiendo el coste de nuestros parientes pobres”, en adelante, a esos los pagáis “solo” vosotros.
A este no querer seguir con el actual statu-quo le llamaremos “derecho a decidir”, le llamaremos “soberanía”… Es una pura voluntad de ser. Y sí, tal vez pueda parecer que dejar de sufragar a los parientes pobres será un buen negocio para el heredero… sí, en la medida que el resto de primos venidos a más acepten el trato, y sí en la medida que no decidan alterar las condiciones de mercado que benefician al heredero. ¿Pero por qué habrían de hacerlo?. El heredero ha abandonado voluntariamente los mecanismos de control del mercado total, ¿qué les impide ahora  los primos repartirse entre ellos la parte que antes negociaban con el heredero?

Es así que por soberbia el heredero se expone a una hostia histórica. Más si considera que, en la realidad, ese 3% de PIB que en términos netos cede a los primos pobres, es una cifra barata en relación a lo que deberá seguir pagando fuera de la familia. Se mire por donde se mire, si el heredero se larga, el 12% de superávit comercial irá ¿a más o a menos? A menos, claro, un menos que tendrá que compensar abriendo mercados en otras partes. Y visto que los segundones tienen la llave para vender en Africa y América, ¿qué le queda al heredero? Le queda competir en un mercado centroeuropeo supersaturado, China y Rusia. Un cambio de paradigma realmente arriesgado y con un escasísimo margen de beneficio. Tácticamente, una ruina. Me aparto voluntariamente de un modelo que me beneficia para apostar por otro en el alero y, encima, prácticamente cerrado o prácticamente aún por abrir.

Desglose del gráfico anterior. El PIBpc es la aportación per cápita al PIB total. Aportación al PIB es en cifras netas.


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